LAS EMPRESAS ASEGURADORAS Y SUS DIVERSOS PRODUCTOS


¿Qué es el seguro?

El seguro es un medio para la cobertura de los riesgos al transferirlos a una aseguradora que se va a encargar de garantizar o indemnizar todo o parte del perjuicio producido por la aparición de determinadas situaciones accidentales.

Es una fórmula eficaz de cobertura que implica pagar una cierta cantidad por una prestación o indemnización futura en caso de que se presente una situación adversa, que en algunos casos, puede ser extrema (por ejemplo, si se incendia un coche).

El seguro en la gestión de los riesgos



Una gestión adecuada de los riesgos implica una combinación de diversas acciones dirigidas a la protección de las personas y de su patrimonio. Algunas de estas acciones que se pueden llevar a cabo son:
  • Prevenir la aparición de situaciones que causen daños.
  • Mantener los bienes en las condiciones adecuadas.
  • Ahorrar para subsanar los posibles daños futuros.
  • Tener unos hábitos de vida saludables.
  • Etc. 
El seguro forma parte de las acciones que se pueden realizar para la gestión de los riesgos, de hecho, es la opción más económica y eficaz. Pero no hay que olvidar que ninguna de ellas, por sí sola, ofrece una seguridad completa.

Además, la actividad empresarial no podría funcionar si no existiera el seguro, que transforma los costes impredecibles y variables derivados de los riesgos en costes fijos asumibles, como son las primas.

El seguro se basa en el reparto del daño entre un número muy elevado de personas con las mismas o similares necesidades de protección. Así, cuando ocurre un suceso que produce daños concretos a una de estas personas, todas las demás también participan en la reparación del mismo.

Para el buen funcionamiento de este mecanismo, las entidades de seguros deben realizar adecuadamente las siguientes labores:

Reunir a un gran número de personas para garantizar el sistema.

Calcular correctamente la siniestralidad prevista, para tener estabilidad.

Gestionar el proceso, atendiendo al asegurado en todo momento.

¿Qué riesgos se pueden asegurar?

En el mercado asegurador existen seguros muy variados en función de cuales sean las necesidades de los consumidores, sin embargo, no todos los riesgos se pueden asegurar. Antes de contratar un seguro es necesario saber que sólo serán asegurables aquellos riesgos que:

No se pueda saber con certeza si ocurrirán o no, o cuándo
  • Se pueden asegurar ciertos riesgos en el hogar porque no se sabe si se van a manifestar ni cuándo; pero, generalmente, no se pueden reclamar los daños por la falta de mantenimiento ni como consecuencia de los efectos del paso del tiempo (por ejemplo, las fugas producidas como consecuencia de la oxidación natural de una tubería de hierro).
  • En el caso del seguro de autos, el conductor no conoce si va a sufrir un accidente.
  • En los seguros de vida, se sabe que las personas fallecen, pero lo que se desconoce es el momento exacto en el que eso ocurrirá.
Sean posibles
  • Es posible que una tubería de agua de una vivienda se rompa. Por lo tanto, se puede contratar un seguro de hogar que garantice la respuesta ante los daños que se puedan producir.
  • Es posible que un vehículo sufra o provoque algún tipo de daño. Por lo tanto, se pueden y deben asegurar (en España es obligatorio contratar un seguro de responsabilidad civil para los vehículos, a este seguro se le pueden añadir otras coberturas voluntarias).
  • No se puede contratar un seguro “contra el ataque de un electrodoméstico del hogar” porque es imposible que este suceso ocurra. 
Sean concretos, es decir, que se puedan describir con exactitud
  • Los riesgos a los que un hogar está expuesto se pueden describir con exactitud, por lo tanto, son asegurables. Sin embargo, no se puede definir en una póliza de seguro de hogar algo tan impreciso como “se aseguran todos los daños sobre la vivienda”, sin concretar el tipo de vivienda y sus características.
  • No se puede contratar un seguro de cancelación de viaje indicando solamente “que se va a realizar un viaje”. Tienen que describirse sus particularidades.
Su objeto sea legal, y que no vayan en perjuicio de terceros
  • El riesgo de conducir bajo los efectos del alcohol no es asegurable ya que esta es una actividad ilegal.
  • No se puede contratar un seguro de transporte de mercancías si la mercancía a transportar es droga; el narcotráfico no es una actividad legal, por lo tanto, el riesgo de su transporte no es asegurable.
Sean fortuitos, es decir, ajenos a la voluntad humana de producirlo
  • No se pueden reclamar a través del seguro los daños en un coche si su propietario lo choca intencionadamente.
  • No se puede dejar deliberadamente los grifos abiertos de una vivienda y reclamar los daños producidos.
Comprar un seguro

La actividad aseguradora tiene unas peculiaridades propias que hacen que el funcionamiento de su mercado y la distribución de sus productos, los seguros, tengan una naturaleza diferente a cualquier otra actividad económica.

Normalmente, cuando se compra o vende algo físico el comprador recibe el bien e inmediatamente pasa a disfrutarlo. En el caso de los seguros, el comprador paga una prima a cambio de un posible servicio futuro, sin embargo, la protección ha comenzado desde el momento en que se formaliza el contrato de seguro.

La venta del seguro constituye el inicio de la relación entre el asegurado y la compañía aseguradora; ésta no sólo tiene que atender el siniestro, además, su obligación consiste en mantener informado y asesorado a su cliente en todo momento.

Claves para comprar un seguro

Para que el seguro que se contrata sea el adecuado en función de las necesidades reales de protección, el consumidor debe valorar conjuntamente varios factores como son: las coberturas, la entidad aseguradora, otros servicios adicionales al seguro, y el precio.

Coberturas

Es lo más importante, ya que de la elección de las coberturas depende el nivel de protección de los bienes. En el mercado existen muchas opciones, incluso dentro de una misma aseguradora; por ello, es fundamental conocer bien su significado y alcance, y compararlas hasta encontrar aquellas que se adecuen a las necesidades reales de cada individuo.

Conocer cuáles son los riesgos o circunstancias que no cubre el seguro, también resulta una información muy relevante al contratar.

Entidad aseguradora

Un requisito imprescindible es que la entidad aseguradora esté legalmente autorizada para ejercer la actividad aseguradora. A lo largo de la vida del mismo es la interlocutora con el asegurado, quien le suministra la información y le ofrece el servicio.

Es recomendable contratar con empresas sólidas y financieramente solventes para que la respuesta en caso de siniestro sea la adecuada y el asegurado esté tranquilo con el producto que ha adquirido.

La experiencia que la compañía tenga en ese tipo de seguro, la variedad en los productos que oferta y el acceso a la información, ya sea físicamente o a través del teléfono o internet son otros aspectos a tener en cuenta.

Otros servicios

Es interesante valorar los servicios adicionales que pone a nuestra disposición la entidad aseguradora, como por ejemplo, los servicios profesionales de mantenimiento y reparación, los servicios médicos, etc.

Precio
El precio es un aspecto importante en la compra del seguro, pero debe evaluarse siempre en conjunto con todos los factores anteriores.

Cada entidad de seguros fija sus tarifas en función de los distintos elementos que componen el seguro, de la amplitud de las coberturas ofrecidas y de la calidad de los servicios prestados. Por todo ello, un seguro muy barato implicará posiblemente menores coberturas y prestaciones que otro de precio superior, por lo que debe comprobarse antes de contratarlo si las coberturas se adecúan a las necesidades de protección.

Relacionado con el precio del seguro aparece, en ocasiones, la franquicia. Es una cantidad por la cual el asegurado es su propio asegurador, ya que en caso de siniestro soportará con su patrimonio la parte de los daños que le corresponda.

En un seguro de automóvil se establece una franquicia de 300 €. Si el vehículo sufre un accidente con daños por valor de 250 €, la entidad aseguradora no indemnizará al asegurado. Hasta un valor de 300 € (la franquicia) cualquier daño será asumido por el asegurado.

Si el siniestro se valorara en 1.000 €, la aseguradora indemnizará 700 €, que es el exceso de coste sobre la franquicia. El asegurado seguirá teniendo que pagar 300 €.

Seguros de Responsabilidad Civil

La compañía aseguradora se compromete a indemnizar al asegurado del daño que pueda experimentar su patrimonio a consecuencia de la reclamación que le efectúe un tercero.

Su cobertura tiene por objeto:
  • Cubrir el pago de las indemnizaciones por daños corporales, materiales o patrimoniales causados a terceros que pudieran ser culpa del asegurado o de las personas de quien deba responder, por hechos derivados de su vida privada o profesional.
  • La constitución de fianzas y costas judiciales exigidas al asegurado por reclamaciones de terceros, siempre que el motivo de la reclamación esté incluido en esta cobertura. 
Algunos hechos expresamente incluidos en la cobertura de responsabilidad civil son, entre otros muchos, los derivados de:
  • El asegurado en su condición de cabeza de familia y de las personas de quienes debe responder. 
  • Como propietario o inquilino de viviendas dedicadas a residencia del asegurado. 
  • Daños a consecuencia de agua, incendio o explosión, causados a terceros. 
  • Por actos u omisión del personal doméstico. 
  • Poseedor de animales domésticos. 
Las exclusiones típicas y generalizadas de la cobertura de responsabilidad civil privada son, entre otras:
  • Participar en apuestas, desafíos o competiciones. 
  • Por daños a bienes de terceros en poder del asegurado. 
  • Familiares hasta segundo grado de parentesco o personas que convivan habitualmente con el asegurado. 
  • Sanciones, multas o impago de las mismas.

Fuente: Seguros y pensiones para todos

0 Comments


EmoticonEmoticon